Sierra de Malcata




La Serra de Malcata es la prolongación en Portugal de nuestra Sierra de Gata cacereña. Por tanto, está situada en el lado este de Portugal, a la altura del norte de la provincia de Cáceres. En Portugal está catalogada como REserva Natural y es una zona de conservación y protección del lince ibérico.





 Se trata de las últimas estribaciones de la sierra, por ello no hay grandes elevaciones y no ofrece las vistas espectaculares típicas de la  alta montaña; a pesar de eso, ofrece un bonito entorno para contemplar y una estupendas carreteras y caminos para recorrerlos en moto. Mi impresión es que, además de ser una prolongación geográfica, también es una prolongación cultural, quizás antropológica, de la parte extremeña de la sierra porque al contemplar los pueblos, el paisaje urbano, las gentes, me parecía estar recorriendo pueblos como Eljas, San Martín de Trevejo,...

Sabía que esta iba a ser una ruta larga y así fué, en total recorrí 515 km y por ello salí desde Badajoz a las 08:30 e hice una primera parte de aproximación hasta Alcántara por carreteras sobradamente conocidas. En esta primera parada abastecí el cuerpo con un plato de migas y llené el depósito con gasolina hasta arriba, intentado no tener que repostar en Portugal porque allí el litro estaba a 1,70. Finalmente, no pudo ser y tuve que volver a poner un poco de  gasolina quedándome 60 km. para llegar a casa. No obstante, decir que  una de las virtudes de mi moto es el bajo consumo; ví la luz de reserva a los 345 km (también decir, que gran parte del recorrido lo fué por carreteras de montaña, donde la velocidad media es baja).

El día era perfecto para conducir la moto, soleado todo el tiempo. El rango de temperaturas estuvo entre los -2,4º  al atravesar la Sierra de San Pedro y los 25º en las horas centrales. El termómetro llegó a marcar 36º, pero fué estando la moto al sol mientras comía.

Ya en Portugal, y aunque no formaba parte de la ruta porque merece ruta aparte, hice una breve parada en Idanha aVelha. Es un pequeño pueblo clasificado  como Aldeia historica por el estado de conservación en que se encuentra. Es uno de los asentamientos más antiguos de la península ibérica, se tienen noticias documentadas de su existencia en el año 16 AC y hoy, su arquitectura muestra el paso por ella de los distintos pueblos que la ocuparon, siendo, tal vez, la impronta romana, la que más destaca.

Decía que Idanha a Velha puede merecer ruta aparte combinándola con la visita a Monsanto,  (el pueblo más portugués de Portugal); y a los castelos de Penamacor y Sabugal; localizaciones, todas ellas, muy próximas pero que no son compatibles con la visita al interior de la sierra por razones de tiempo.



La próxima parada ya habría de ser en el corazón de la Sierra de Malcata. Se puede acceder a ella por una carretera que está poco después de pasar Penamanacor; pero yo lo hice un poco más adelante, a la altura de un pueblo  que se llama  Meimoa y recorrí el interior pasando por la Ribeira de Meimoa, por el pueblo de Meimao, por Malcata y finalizando en Quadrazais esta parte del recorrido. Las carreteras están bien conservadas en general, estrechas y con muchas curvas. Se puede contemplar un paisaje donde se nota que la primavera está abriéndose paso, con suaves ondulaciones en unos casos y con elevaciones de 1000 metros, en otros.



Una parte de este recorrido lo hice por una pista de tierra. No estaba previsto  hacerlo así, pero la pista  y el paisaje invitaban a ello. Con esto incumplí,  una vez más, el mandamiento de "no te meterás solo por pistas que no conoces", pero no parecía técnicamente difícil y en el suelo se veían huellas de neumáticos, por lo que "tiré pàlante". Aprovecho para decir que toda la Sierra es legalmente transitable por pistas; ví algunas que parecían difíciles y otras, las más, parecían sencillas. Hay indicadores de dirección por todos lados y ví alguna señal de "Stop" en una pista en medio de la serranía.




  Desde el último pueblo antes dicho, bordeé la Sierra por su parte Norte hasta el pueblo de Fois, lugar lleno de españoles (supongo que para comer) dada la cercanía de la Raya (frontera con España). Todos estos pueblos merecen una parada y un recorrido andando para apreciar la arquitectura popular que conservan. Desgraciadamente, no se puede hacer esto en una ruta de un solo día si se quiere llegar a casa a horas prudenciales y tuve que limitarme a un brevísimo recorrido en la moto por su interior.

En uno delos pueblos  sí hice un recorido andando y me llamó la atención la mujer de la siguiente foto. Estaba sentada al sol, a la entrada de su casa. Le pregunté si podía hacerle una foto,  me miró sin decir nada y continuó mirando a no sé donde. Un rato después, al volver a pasar por el mismo sitio, allí seguía. Me paré a mirarla desde lejos. Su imagen transmitía tranquilidad, no parecía estar preocupada por nada, pero estaba sola,  ¿cuál será su historia? Seguro que tiene alguna qué contar, ¿en qué pensaba?, ¿le preocupan los temas que ahora  nos preocupan a muchos? Lo cierto es que también me daba envidia porque esta mujer se permitía pasar una mañana al sol pensando en sus cosas. O, tal vez, la imagen que yo percibía no es tan idílica como quiero creer y hay detrás alguna explicación menos bucólica.  Conocer estas cosas, la historia de los sitios por donde pasamos, hablar con la gente que nos encontramos,... creo que constituye la diferencia entre el turista que soy (aunque no quiero) y el viajero que quiero ser.
         
                      

Durante la ruta, en muchas ocasiones tuve que mirar el mapa para tomar decisiones. Cuando lo hice en algún pueblo, no falto ocasión para que alguien se acercara con la intención de orientarme y así fué como conocí la existencia de la pista de tierra que recorrí. Realmente me encontré con gente amable y, como en otras ocasiones, sentí la verguenza de no hablar portugués de forma entendible porque los portugueses con quien hablé usaban un español perfectamente comprensible. Ese esfuerzo por hablar portugués creo que se lo debemos a quien sí se esfuerza por hablar español. Cierto es que en otros tiempos eramos lo vecinos ricos y el esfuerzo lo  debían hacer ellos; pero ahora la situación es bien diferente y el reproche (aunque pocas veces se manifiesta) es justificable.

                        

También me encontré con un grupo de "moteros" portugueses que, a bordo de sus RR, estaban haciendo un magnífico tramo de curvas en la N18, entre Vila Velha de Rodao y Nisa. Estaba yo parado mirando el mapa y se acercaron, no para ofrecerme ayuda, sino, en esta ocasión, para pedirla porque quizás con tanta curva terminaron perdidos. Compartimos un momento para fumar y se marcharon en la dirección contraria en la que se encontraba Portalegre, que es donde querían ir. ¿No me creyeron, no nos entendimos,...? En fin,... No puedo dejar de comentar la vestimenta de uno de ellos, un mono de cuero de una afamada marca en color ¡¡¡oro brillante!!! Nunca había visto yo nada igual, además de que lo llevaba un tipo tan grande, que puede ser calificado como un  grandullón con una moto entre las piernas. En fin,...




En este viaje me costó encontrar el típico Parque da Merendas para comer; pero en la salida de una curva, a 800 metros de altitud, cerca del pueblo de Santo Estevao, ví una fuente, y a su lado, bajo techo, una mesa de piedra con sus correspondientes bancos. Pareía que estuviera hecha a mi medida y esperándome para que me instalara allí, cosa que hice de inmediato. Comí  cómodamente sentado con unas vistas espléndidas, levantando mi mano con la botella de agua, a modo de brindis-saludo, cuando algún automovilista me hacía algún gesto. Supongo que no encajo en el estereotipo de "tipo mayor con una BMW, que no tiene otra cosa que hacer un sábado, no debería comer tirado al lado de una carretera".



Después de tanto relato, me doy cuenta que no he puesto ninguna prueba gráfica de que estuve allí. Valga para eso la siguiente fotografía, no sea que alguien piense que esta crónica está "bajada" de interné y nunca estuve. También aprovecho para enseñar mi nueva chaqueta, una Revit Cayenne Pro y hacer algún comentario sobre ella. Como dije antes, hubo momentos en que estuve a dos grados y medios bajo cero; pues bien  sus dos forros fueron perfectamente útiles, casi eliminando la sensación de frio. A partir de unos 8-10º y con sol, sobra un forro y con 25 grados las aberturas de ventilación funcionaron perfectamente. Es cómoda de llevar, aunque es pesada cuando está quitada y tuve sensación de seguridad con ella ajustada. Un fallo: el sistema de ajuste de las mangas, porque con guantes de invierno, puestos por fuera, queda todo algo arrugado.

                                       

A estas alturas de la crónica ya estoy en el camino de regreso. Camino por el el cual son aconsejables dos visitas más; en concreto a los pueblos de Aguas y Bemposta, pueblos vecinos a la vera de la carretera N233. Son poblaciones donde destaca la conservación de la arquitectura popular y con un reconocible sabor rural.

                                  

Siguiendo la citada carretera se llega a Castelo Branco y allí se enlaza con la N18, en dirección a Nisa, pasando por Vila Velha de Rodao, ciudad ribereña con el rio Tejo (nuestro Tajo), y desde donde, tras atravesar el rio por un impresionante puente, comienza un tramo de unos 15 km. de curvas enlazadas, una tras otra, por una carretera en buen estado aunque sin arcén. A pesar de las curvas, es un tramo rápido; aquí las motos deportivas no están verticales casi nunca; yo sí, porque ni mi moto, ni me estilo de conducción se prestan a ello, además de que a esas alturas ya llevaba varias horas conduciendo y el cuerpo no estaba para esos esfuerzos; aunque sería mejor decir, que quien no  estaba para esos esfuerzos era  una parte concreta de mi anatomía, pues yo, que soy de culo prieto,  pensaba que, tal vez, otro, con más carne, haría el viaje más llevadero. El único alivio lo encontraba de vez en cuando conduciendo de pie; cosa que hacía con cierto temor porque en este tramo de vuelta ví más Policía de Tránsito que nunca, y no sé cómo lo verían. Por cierto, pasé por varios controles de carretera y aunque no me detuvieron en ninguno, la táctica creo que es igual que en otros sitios: ves el control y reduces la marcha, los Policías te miran pero no te dicen ni que sigas ni que pares, los miras, no sabes qué hacer,  terminas pasando muy despacio y un Policía te hace un gesto airado para que "tires" porque estás entorpeciendo el tráfico.
                                  
Otra de Policías. Pasé por Penamanacor tanto a la ida como a la vuelta por una especie de autovía de circunvalación; en ambos casos se puso a mi altura un coche patrulla y, deduzco yo, que me evaluaron porque me miraban, y, tras unos instantes así, desaparecían. Fué curioso que me ocurriera en las dos ocasiones, pero no me molestó, al revés, me gusta ver Policías cerca.

Bien, pues esto ha sido lo que dió de sí la escapada del sábado 26 de febrero. Como siempre, agradecer su paciencia a quin haya leído hasta aquí.

Si te ha gustado, puedes descargar la ruta aquí: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2548311

Saludos.

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